“Muerto el perro, se acabó la rabia”, dice el viejo adagio, el cual es perfectamente aplicable a la todavía secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, cuyos días están contados, luego que su evidente mediocridad, hasta para articular discursos, terminó por desatar la indignación nacional.
Y cómo no, si los resultados de su gestión, como se dijo el jueves en su comparecencia ante el Senado, ha sido no menos que “un desastre”, por lo que en casos como este corresponde prescindir ipso facto de sus servicios, con lo que de paso se honraría la naturaleza antropofágica del PAN.
Los asesores presidenciales no tardan en aconsejar al primer mandatario del país que el hecho de sofocar por un tiempo la animadversión que la gris funcionaria se ha ganado a pulso, serviría para que su administración rectifique a conciencia los términos de su política exterior.
Definitivamente, la canciller no refleja el carácter, ni el sentir de los mexicanos, y deja mucho qué desear, sobre todo en materia de soberanía nacional, lo que ya es decir demasiado.
Apueste usted a que aquello que no ha ocurrido con el embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, a quien el presidente Barack Obama no quieres desbancar, está a punto de suceder con la canciller mexicana, por obvias razones, incluso electoreras.
Su preparación académica, tanto como su extraordinaria trayectoria en el servicio diplomático, no concuerdan con los resultados de su gestión. Es posible que en el pecado lleve la penitencia, es decir, como “experta en temas de cooperación internacional”.
¿En qué momento concibió con el presidente Felipe Calderón la idea de que aviones, tripulados o no, de Estados Unidos deberían sobrevolar subrepticia e ilegalmente la geografía mexicana? He aquí la gota que, “rápida y furiosa”, derramó el vaso, tras estropear los lazos con Francia.
Las acusaciones hacia Espinosa Cantellano no pueden ser más claras y contundentes. La prensa da cuenta de que, en su comparecencia ante el pleno del Senado, legisladores del PRI, PRD, PT, PVEM y Convergencia “consideraron que la política exterior mexicana es un desastre, y que hay una total dependencia del gobierno de Estados Unidos”. ¡¿”Total dependencia”?! ¡Vaya!
Quien fuera la primera secretaria de Relaciones Exteriores en México (la segunda es precisamente Patricia Espinosa), la senadora priista Rosario Green, también estima que “México está cada vez más aislado de la diplomacia internacional... hay una gran confusión en las relaciones exteriores”.
La ex canciller preguntó directamente a su sucesora cuántos agentes gringos operan en México, con qué propósitos y bajo qué convenios; en tanto, espetó: “Nunca se ha entregado tanto (a Estados Unidos) por tan poco y con resultados tan mediocres”.
A su vez, el senador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) José Guadarrama indicó que el operativo “Rápido y Furioso” muestra la debilidad del gobierno mexicano ante Estados Unidos, “que actúa unilateralmente ante el fracaso de la estrategia mexicana”. Réquiem por Patty.
http://www.vanguardia.com.mx/preadioscancilleresco-677621-columna.html
Y cómo no, si los resultados de su gestión, como se dijo el jueves en su comparecencia ante el Senado, ha sido no menos que “un desastre”, por lo que en casos como este corresponde prescindir ipso facto de sus servicios, con lo que de paso se honraría la naturaleza antropofágica del PAN.
Los asesores presidenciales no tardan en aconsejar al primer mandatario del país que el hecho de sofocar por un tiempo la animadversión que la gris funcionaria se ha ganado a pulso, serviría para que su administración rectifique a conciencia los términos de su política exterior.
Definitivamente, la canciller no refleja el carácter, ni el sentir de los mexicanos, y deja mucho qué desear, sobre todo en materia de soberanía nacional, lo que ya es decir demasiado.
Apueste usted a que aquello que no ha ocurrido con el embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, a quien el presidente Barack Obama no quieres desbancar, está a punto de suceder con la canciller mexicana, por obvias razones, incluso electoreras.
Su preparación académica, tanto como su extraordinaria trayectoria en el servicio diplomático, no concuerdan con los resultados de su gestión. Es posible que en el pecado lleve la penitencia, es decir, como “experta en temas de cooperación internacional”.
¿En qué momento concibió con el presidente Felipe Calderón la idea de que aviones, tripulados o no, de Estados Unidos deberían sobrevolar subrepticia e ilegalmente la geografía mexicana? He aquí la gota que, “rápida y furiosa”, derramó el vaso, tras estropear los lazos con Francia.
Las acusaciones hacia Espinosa Cantellano no pueden ser más claras y contundentes. La prensa da cuenta de que, en su comparecencia ante el pleno del Senado, legisladores del PRI, PRD, PT, PVEM y Convergencia “consideraron que la política exterior mexicana es un desastre, y que hay una total dependencia del gobierno de Estados Unidos”. ¡¿”Total dependencia”?! ¡Vaya!
Quien fuera la primera secretaria de Relaciones Exteriores en México (la segunda es precisamente Patricia Espinosa), la senadora priista Rosario Green, también estima que “México está cada vez más aislado de la diplomacia internacional... hay una gran confusión en las relaciones exteriores”.
La ex canciller preguntó directamente a su sucesora cuántos agentes gringos operan en México, con qué propósitos y bajo qué convenios; en tanto, espetó: “Nunca se ha entregado tanto (a Estados Unidos) por tan poco y con resultados tan mediocres”.
A su vez, el senador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) José Guadarrama indicó que el operativo “Rápido y Furioso” muestra la debilidad del gobierno mexicano ante Estados Unidos, “que actúa unilateralmente ante el fracaso de la estrategia mexicana”. Réquiem por Patty.
http://www.vanguardia.com.mx/preadioscancilleresco-677621-columna.html
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