Tapachula, Chiapas.- La Comisión Federal de Electricidad (CFE) ordenó cortar éste día el suministro eléctrico al albergue “Jesús El Buen Pastor”, único en América especializado en la atención altruista de migrantes mutilados, violados sexualmente, desahuciados y en extrema pobreza.
“Fuimos y les pedimos de rodillas a los funcionarios de la Comisión que no nos cortaran la energía eléctrica, porque tenemos atendiendo un promedio de 30 migrantes, varios de ellos graves, pero nuestras suplicas no fueron escuchadas”, dijo en entrevista Olga Sánchez Martínez, Premio Nacional de
los Derechos Humanos en México y directora del albergue.
Explicó que ese lugar, ubicado en un humilde sector del sur de la ciudad, no cuenta con aires acondicionados ni ningún aparato eléctrico de lujo, es más, solamente tienen 12 focos en total -de los llamados ahorradores- y dos refrigeradores que sirven para guardar toda la comida y medicamentos que suministran diariamente a los migrantes, pero los recibos de energía eléctrica llegan en más de 13 mil pesos.
“Desde que empezaron a llegar por esas cantidades acudimos a la paraestatal para decirle que había un grave error, pero nos dijeron que antes de ser atendidos teníamos que pagar”, abundó la también galardonada en los Estados Unidos y en varios países europeos como “La Mujer del Año”.
El Albergue funciona por las limosnas que su fundadora y directora -acompañada a veces por voluntarios- pide en las calles de los municipios de la Frontera Sur.
Por ello reconoce que le ha sido imposible pagar la totalidad de los recibos y solamente han ido abonando, “mientras me decían que nuestra solicitud de verificación sería revisada”.
Sin embargo en ésta ocasión le notificaron que las “órdenes superiores” era ya no aceptar abonos y cortar de inmediato el suministro si no era pagado en su totalidad.
“La ayuda de la sociedad es cada vez menos. Tocamos muchas puertas gubernamentales pero no hemos encontrado más que promesas. La realidad es que la ayuda a los migrantes en Chiapas son solamente discursos, palabras, pero no hay hechos”, insistió.
En el marco del Día Internacional por la Paz, Olga Sánchez, quien recibiera un reconocimiento de manos del Dalai Lama por su vida entregada al servicio de esos grupos vulnerables, se declaró frustrada al no poder alimentar ni suministrar medicamentos a los migrantes.
“Se tendrán que ir a la calle por muy graves que estén, y yo también con ellos, porque no hay ninguna autoridad que los quiera atender y mucho menos hacerse cargo de ellos”, afirmó.
Con lágrimas reconoció que ya ha vendido sus pocas pertenencias para continuar con su labor, “y con gusto le vendo a quien me quiera comprar los reconocimientos que me han dado, o se los cambio por comida y medicinas”, afirmó.
Asegura además que han hecho insistentes llamados a los legisladores locales y federales, a todos los partidos políticos, incluso a los funcionarios que ya andan en campaña, pero tampoco les han respondido positivamente.
“No podemos esperar a los tiempos que manda la burocracia o cuando tengan voluntad los gobiernos, porque hoy tenemos que alimentar a nuestros enfermos y curarlos de sus heridas, porque si no, se nos mueren”, insistió
Sánchez Martínez dijo que aún tiene fe de que ocurra un milagro que evite que ese albergue, estandarte mexicano de la defensa de los derechos humanos, tenga que cerrar en las próximas horas por no poder pagar los recibos de la CFE.
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