Del 27 al 29 de mayo sesionó en Ciudad Juárez el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP). Fue la audiencia introductoria del capítulo México, frente al secretariado y jurados internacionales del TPP, con participación de cientos de personas y decenas de organizaciones de más de 20 estados del país. Son los primeros pasos de un amplio proceso colectivo que de facto está reconstruyendo y develando la historia real de México desde los pueblos, y cómo en el país la violencia y la impunidad fueron instaladas como forma de consolidar el avance del modelo neoliberal más extremo de América Latina.
Ciudad Juárez fue elegida como sede, por ser un territorio donde confluyen y se expresan la mayoría de los agravios que se están presentando al Tribunal: feminicidios y violencia de género, violencia contra migrantes, comunicadores y trabajadores, impactos de los tratados de libre comercio contra los agricultores y campesinos, contra el maíz y la soberanía alimentaria, devastación ambiental, impunidad y falta de acceso a la justicia. Ciudad donde como escribe Charles Bowden, pareciera que “la violencia (…) es como el polvo en el aire, parte de la vida misma.”
Pero justamente porque la violencia no es nunca parte de la vida misma, sino una construcción que es preciso y posible desarmar, llegaron en caravanas desde todo el país organizaciones de las siete audiencias temáticas que componen el capítulo México. Del sureste al norte, se sumaron delegados y delegadas, denunciando y explicando en cada parada los temas que presentan al Tribunal. La caravana se convirtió en parte preparatoria de la audiencia, incluyendo el cálido recibimiento en Juárez a cargo de una amplia articulación de organizaciones sociales, campesinas, de derechos humanos, de Chihuahua.
El TPP se fundó a partir del Tribunal Russell, que analizó, develó y juzgó las atrocidades cometidas contra los pueblos en la guerra de Vietnam y luego en las dictaduras latinoamericanas. Aunque ahora es información ampliamente conocida –atropellos que están grabados en la memoria colectiva de los pueblos–, el trabajo del Tribunal Russell fue fundamental para sacar los hechos de la oscuridad, para que conociéramos los métodos, responsables y consecuencias y para que desde los pueblos pudiéramos juzgarlos y recuperar la memoria colectiva, la dignidad y la verdad.
El TPP ha sesionado sobre diversos temas nacionales, continentales y globales, desde los impactos de las políticas del Banco Mundial a las trasnacionales europeas y sus efectos en América Latina. Es un tribunal ético que examina las causas de la violación de derechos fundamentales de los pueblos y denuncia ante la opinión pública internacional a los autores de dichas violaciones. Lo conforman personalidades de reconocida autoridad moral, de diversos países, disciplinas y horizontes ideológicos. Su misión es promover el respeto universal y efecto de los derechos fundamentales de los pueblos, de las minorías y de los individuos (www.tppmexico.org).
En México, por primera vez se constituyó un capítulo sobre un país. Esto por la vastedad y complejidad de acusaciones presentadas en la petitoria inicial enviada por decenas de organizaciones. Lo que está a juicio es el Estado mexicano, por desviación de poder, es decir, cómo el Estado usa sus atribuciones y poderes para beneficiar intereses particulares que son contrarios y perjudiciales al interés general por el que debería velar.
El mapa que constituye la demanda general y las elaboradas para las siete audiencias temáticas, forman un documento tremendo sobre la situación del país, con un nivel de detalle y argumentación que sólo es posible por ser un trabajo colectivo, elaborado con cientos de organizaciones, víctimas y testigos, que han sufrido, conocen y analizan las situaciones denunciadas con precisión. Es apenas el comienzo de un proceso hasta 2014, donde habrá múltiples pre-audiencias y siete audiencias temáticas que irán enriqueciendo este mapa.
Constituye una nueva historia de las últimas décadas de México, mostrando por ejemplo, cómo se desarmó la producción nacional y para el interés nacional, mientras se amplió exponencialmente, con graves consecuencias ambientales y sociales, la explotación petrolera para satisfacer la demanda de Estados Unidos. En esta línea de atender intereses foráneos y de grupos económicos trasnacionales, México es el país que ha firmado más tratados de libre comercio en el mundo, contra los intereses de su propia población.
Para sustentar este masivo desvío de poder por parte del Estado, afirma la demanda del TPP, ha sido necesaria una enorme devastación social, ambiental, económica, jurídica, acompañada de criminalización de los que la resisten. Ejemplos de tal persecución se presentan en la audiencia temática Violencia contra las y los trabajadores que está sesionando frente al TPP al momento de escribir esta nota.
El jurado internacional presente en Juárez hizo un pronunciamiento a partir de las acusaciones y testimonios presentados (el veredicto final será en 2014) donde afirman que los conceptos de guerra sucia o contrainsurgencia, quedan cortos frente al ataque generalizado que han oído en esta primera audiencia introductoria. Se trata en realidad, afirman, de terrorismo de Estado, violencia sistemática y estructural contra la población de México.
Aunque el horror estuvo omnipresente en la presentación de las demandas en Ciudad Juárez, también lo fue la solidaridad, la resistencia, el encuentro cálido con los demás afectados de todo el país y la sensación de fortalecimiento por saber que todos son parte de un mismo cuerpo atacado.
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