La guerra entre cárteles del narcotráfico, así como la que libran esas organizaciones delictivas y las fuerzas federales, disparó a niveles impresionantes el mercado negro de armas en el país. Según cálculos del propio gobierno, es tal el volumen de pertrechos que existe en México que sólo con lo que se ha incautado podría armarse a un Ejército de 150 mil hombres…
La guerra de Felipe Calderón contra el narcotráfico incentivó el mercado ilegal de armas en México, surtido por fabricantes de más de 50 países que en una década han provisto de pertrechos para armar a unos 150 mil hombres, cifra similar al conjunto de efectivos que el Ejército, la Marina y la Policía Federal destinan en la actualidad al combate contra la delincuencia organizada.
El gobierno mexicano cifra en 149 mil 792 las armas cortas y largas aseguradas al crimen organizado entre 2000 y el primer cuatrimestre de 2011; la mayor parte, 70%, confiscadas desde diciembre de 2006, cuando Calderón decidió desplegar a las Fuerzas Armadas y a la Policía Federal como parte de su estrategia contra el narcotráfico.
No hay entidad de la República que se haya salvado de la presencia de esas armas, pero se concentran sobre todo donde el gobierno de Calderón ha salido a “toparse” con los narcotraficantes y donde hay disputas entre cárteles: Michoacán, Sinaloa, Tamaulipas, Chihuahua, Guerrero y Durango, con una tendencia creciente en Nuevo León y Guanajuato.
En cuanto al origen del armamento recuperado, las autoridades tienen sin embargo escasa información. Aunque Calderón afirma que 85% de las armas que “están matando a los mexicanos” fueron adquiridas en Estados Unidos, su gobierno apenas ha identificado de dónde provienen dos de cada 10.
Según información proporcionada a Proceso por el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (Cenapi) de la Procuraduría General de la República (PGR), sólo se sabe con certeza dónde fueron fabricadas 20 mil 465 armas.
Además de provenir de Estados Unidos, el armamento que ha entrado a México viene de otros 50 países, principalmente de Europa y Asia (China), aunque también de América Latina, sobre todo de Brasil.
Pero los cárteles de la droga y otros grupos de la delincuencia organizada también obtienen armas mexicanas, cuya manufactura y supervisión por ley corresponden a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que es responsable de la importación de armamento y vende pertrechos a las secretarías de Seguridad Pública estatales y municipales.
Si bien está muy lejos de producir los volúmenes que generan los fabricantes estadunidenses, México figura como el quinto proveedor de los delincuentes a través del robo de arsenales y la venta hormiga realizada por policías y militares. Según datos oficiales, las armas fabricadas en México que han caído en manos de los delincuentes son 776, entre fusiles de asalto, subametralladoras y pistolas automáticas.
Las cifras gubernamentales señalan que de las armas identificadas por su origen, 60% es de Estados Unidos, aunque Felipe Calderón asegura que 85% de las que circulan en el mercado negro mexicano fueron vendidas en aquel país.
Apenas el sábado 11 el presidente mexicano viajó a Estados Unidos para hablar de la violencia durante su sexenio. En una reunión con miembros de la comunidad mexicana radicada en San José, California, aseguró que en su gobierno se han incautado más de 104 mil armas –más de la mitad, largas–, 11 millones de cartuchos y más de 10 mil granadas.
Esas cifras coinciden con los datos recabados por el Sistema Estadístico Uniforme para el Análisis de la Delincuencia, del Centro, que concentra la información de las diferentes dependencias que participan en el combate a la delincuencia organizada y que fueron entregados a este semanario.
Identificada con la leyenda “Esfuerzo nacional. Serie histórica anual”, la información obtenida a través de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental confirma que Estados Unidos es el gran proveedor de armas a México, pero no con la connotación que le da Calderón.
El mito de EU
En medio del escándalo del operativo Rápido y furioso echado a andar por Washington para “comprobar” el tráfico de pertrechos a México, Calderón insistió en vincular la violencia de su sexenio con el armamento llegado de Estados Unidos: “Por lo menos 85%” de las armas aseguradas por su gobierno a la delincuencia “fueron vendidas en una tienda de Estados Unidos”.
Abundó en el señalamiento contra los fabricantes estadunidenses lanzado en mayo pasado ante el Congreso en Washington: “Yo acuso a la industria armamentista norteamericana de miles de muertes que están ocurriendo en México. Yo acuso y exijo que se ponga orden en este tema”.
Pero evitó decir que de las casi 150 mil armas aseguradas, su gobierno sólo tiene identificado al fabricante de 20 mil 465: es decir, apenas 14%. De éstas, 12 mil 208 son de manufactura estadunidense.
La guerra de Felipe Calderón contra el narcotráfico incentivó el mercado ilegal de armas en México, surtido por fabricantes de más de 50 países que en una década han provisto de pertrechos para armar a unos 150 mil hombres, cifra similar al conjunto de efectivos que el Ejército, la Marina y la Policía Federal destinan en la actualidad al combate contra la delincuencia organizada.
El gobierno mexicano cifra en 149 mil 792 las armas cortas y largas aseguradas al crimen organizado entre 2000 y el primer cuatrimestre de 2011; la mayor parte, 70%, confiscadas desde diciembre de 2006, cuando Calderón decidió desplegar a las Fuerzas Armadas y a la Policía Federal como parte de su estrategia contra el narcotráfico.
No hay entidad de la República que se haya salvado de la presencia de esas armas, pero se concentran sobre todo donde el gobierno de Calderón ha salido a “toparse” con los narcotraficantes y donde hay disputas entre cárteles: Michoacán, Sinaloa, Tamaulipas, Chihuahua, Guerrero y Durango, con una tendencia creciente en Nuevo León y Guanajuato.
En cuanto al origen del armamento recuperado, las autoridades tienen sin embargo escasa información. Aunque Calderón afirma que 85% de las armas que “están matando a los mexicanos” fueron adquiridas en Estados Unidos, su gobierno apenas ha identificado de dónde provienen dos de cada 10.
Según información proporcionada a Proceso por el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (Cenapi) de la Procuraduría General de la República (PGR), sólo se sabe con certeza dónde fueron fabricadas 20 mil 465 armas.
Además de provenir de Estados Unidos, el armamento que ha entrado a México viene de otros 50 países, principalmente de Europa y Asia (China), aunque también de América Latina, sobre todo de Brasil.
Pero los cárteles de la droga y otros grupos de la delincuencia organizada también obtienen armas mexicanas, cuya manufactura y supervisión por ley corresponden a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que es responsable de la importación de armamento y vende pertrechos a las secretarías de Seguridad Pública estatales y municipales.
Si bien está muy lejos de producir los volúmenes que generan los fabricantes estadunidenses, México figura como el quinto proveedor de los delincuentes a través del robo de arsenales y la venta hormiga realizada por policías y militares. Según datos oficiales, las armas fabricadas en México que han caído en manos de los delincuentes son 776, entre fusiles de asalto, subametralladoras y pistolas automáticas.
Las cifras gubernamentales señalan que de las armas identificadas por su origen, 60% es de Estados Unidos, aunque Felipe Calderón asegura que 85% de las que circulan en el mercado negro mexicano fueron vendidas en aquel país.
Apenas el sábado 11 el presidente mexicano viajó a Estados Unidos para hablar de la violencia durante su sexenio. En una reunión con miembros de la comunidad mexicana radicada en San José, California, aseguró que en su gobierno se han incautado más de 104 mil armas –más de la mitad, largas–, 11 millones de cartuchos y más de 10 mil granadas.
Esas cifras coinciden con los datos recabados por el Sistema Estadístico Uniforme para el Análisis de la Delincuencia, del Centro, que concentra la información de las diferentes dependencias que participan en el combate a la delincuencia organizada y que fueron entregados a este semanario.
Identificada con la leyenda “Esfuerzo nacional. Serie histórica anual”, la información obtenida a través de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental confirma que Estados Unidos es el gran proveedor de armas a México, pero no con la connotación que le da Calderón.
El mito de EU
En medio del escándalo del operativo Rápido y furioso echado a andar por Washington para “comprobar” el tráfico de pertrechos a México, Calderón insistió en vincular la violencia de su sexenio con el armamento llegado de Estados Unidos: “Por lo menos 85%” de las armas aseguradas por su gobierno a la delincuencia “fueron vendidas en una tienda de Estados Unidos”.
Abundó en el señalamiento contra los fabricantes estadunidenses lanzado en mayo pasado ante el Congreso en Washington: “Yo acuso a la industria armamentista norteamericana de miles de muertes que están ocurriendo en México. Yo acuso y exijo que se ponga orden en este tema”.
Pero evitó decir que de las casi 150 mil armas aseguradas, su gobierno sólo tiene identificado al fabricante de 20 mil 465: es decir, apenas 14%. De éstas, 12 mil 208 son de manufactura estadunidense.
Pidió el restablecimiento de la Assault Weapons Ban, ley promulgada por el gobierno de Bill Clinton para prohibir la venta de armas de asalto. Más aún, relacionó el fin de esa prohibición con el aumento de la violencia en México: “La Assault Weapons Ban expiró en 2004. Y ustedes pueden ver claramente cómo la violencia empezó a crecer desde 2005 y, por supuesto, que tomó una espiral hacia arriba durante estos últimos seis años”.
Calderón omitió también el dato de que la mayoría de las armas aseguradas e identificadas como estadunidenses son cortas. De las 12 mil 208 armas estadunidenses, 8 mil 539 fueron pistolas, mientras que 3 mil 669 fueron ametralladoras, fusiles de asalto y subfusiles, entre ellos los Uzi y los AK-47. En el sexenio de Calderón los narcotraficantes mexicanos han preferido las armas largas: seis de cada 10 de las aseguradas han sido fusiles de asalto y ametralladoras provenientes de Estados Unidos, China y Europa del Este.
Después de Estados Unidos los principales proveedores de armas de la delincuencia organizada local son España, Italia, China y México, seguidos por Alemania, Brasil, Bélgica y Rumania, que agrupan a 95% de los fabricantes identificados. Sin contar Estados Unidos, esas naciones surten 35% del mercado ilegal de armas en el país.
También han llegado de Austria, Hungría, Argentina, Francia, Gran Bretaña, Egipto, Israel, Japón, República Checa, Canadá, Finlandia, Rusia, Australia, Bulgaria, Grecia, Chile y Honduras, así como de países con conflictos armados recientes o en curso: Afganistán, Georgia, Yugoslavia, Macedonia, Croacia y El Salvador.
La delincuencia mexicana también ha obtenido pertrechos de Eslovaquia, Filipinas, Turquía, Suiza, Corea, Portugal, Polonia, Albania, Estonia, India, Perú, Bielorrusia, Belice, Emiratos Árabes Unidos, Sahara Occidental, Taiwán y Ucrania.
Con base en los aseguramientos se infiere que el mercado negro de las armas ha crecido durante el actual sexenio. De las 149 mil 772 armas referidas por Calderón en California, 104 mil 924 –70%– se han registrado en el actual gobierno. De ellas, 43 mil 701 son cortas y 61 mil 223, largas.
Los principales proveedores de armas largas después de los estadunidenses (3 mil 669) son chinos, rumanos y los propios mexicanos, con 830, 399 y 222, respectivamente. En armas cortas, fuera de Estados Unidos (8 mil 539), figuran España (mil 706), Italia (mil 121), Alemania (632), Brasil (600), Bélgica (511) Austria (164), Hungría (113) y Argentina (102).
El informe Stratfor
En febrero pasado la firma de análisis de seguridad Stratfor publicó un informe según el cual los cárteles mexicanos adquieren en Estados Unidos armas cortas calibre .9 mm, .45 y .40, y la pistola semiautomática FN Five-Seven, conocida como matapolicías; además de armas largas que incluyen rifles calibre .50 y versiones semiautomáticas de fusiles de asalto, como los AK-47 y M-16.
Según la consultora con sede en Texas, a la delincuencia mexicana también se le han asegurado numerosas pistolas semiautomáticas calibres .45 y .9 mm, además de revólveres .357 obtenidos de desertores del Ejército mexicano y la policía. Asegura que parte del arsenal ha llegado desde América del Sur, elaborado por manufactureros como Taurus y Bersa, algunas de cuyas versiones de rifles de asalto han sido adaptadas por los cárteles como armas automáticas.
En el caso del armamento tipo militar, como granadas de mano, granadas de 40 mm y lanzagranadas, Stratfor dice que los narcotraficantes las adquieren en el mercado internacional fuera de Estados Unidos, principalmente en China, “vía las mismas cadenas de los precursores químicos para la elaboración de narcóticos”, o incluso del propio Ejército mexicano. Obtenerlas de Estados Unidos, dice, “es más difícil, caro y peligroso” debido a que en ese país existe un “severo escrutinio persecutorio” para el armamento militar.
Del aseguramiento total de armas reportado por las autoridades mexicanas, la mayoría ha sido realizado por el Ejército. En respuesta a otra solicitud de información apoyada en la Ley de Transparencia, la Sedena informó a Proceso que de 2000 a marzo de 2011 sus efectivos aseguraron 93 mil 391 armas, 52 mil 104 largas y 41 mil 287 cortas.
Sobre los aseguramientos, la Sedena informó que se efectuaron “durante la campaña permanente contra el narcotráfico y la aplicación de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos”, pero indicó que su base de datos “carece de campos de captura para registrar los aseguramientos de armas por país de origen, fecha de fabricación y grupo u organización” a las que les fueron incautadas.
La Secretaría de Marina Armada de México fue requerida asimismo para que diera los datos de sus aseguramientos, sobre todo desde que Calderón modificó la estructura operativa de la institución para que combatiera al narcotráfico en la zona continental, además de las aguas nacionales. La dependencia a cargo del almirante Francisco Saynez Mendoza ubicó al Cenapi como “el ente unificador entre las diferentes dependencias gubernamentales”.
A la PGR también se le solicitó información sobre sus aseguramientos en el sexenio. Reportó mil 294 armas y explosivos y mil 488 equipos de comunicación, la mayoría de ellos decomisados en el Distrito Federal.
De aquel total, mil 61 corresponden a la capital del país; es decir, 82%. Le siguen en cantidades menores Guerrero (100), Nuevo León (50) y Tamaulipas (33), y en cifras aún más bajas están Sonora, San Luis Potosí, Oaxaca, Coahuila, Michoacán, Campeche, Tabasco y el Estado de México.
De armas largas, el Ministerio Público Federal ha asegurado fusiles AK-47, Colt AR-15A2 fabricados por Norinco, Bush Master, Grizzly, Howa, Romarm SA/Cugir, Zbrojovka; subametralladoras Uzi, Luger, Thompson y otras manufacturadas por Intratec, Interdynamic, RPB Industries. De armas cortas refirió pistolas Colt, Pietro Beretta, Glock, Heckler & Koch, Remington, Star, Taurus, Davis, Starfire y FN Herstal, entre otras.
Antes de la declaración de guerra contra los cárteles de la droga, el Ejército apenas había asegurado 13 mil 161 armas. A partir de diciembre de 2007 el mercado ilegal se expandió y al 31 de marzo de este año la cifra de incautaciones por esa Fuerza Armada se elevó a 93 mil 391 armas cortas y largas: 80 mil más.
Crecen los arsenales
Los aseguramientos reportados por la Sedena confirman que el número de armas disponibles para el narcotráfico ha aumentado sostenidamente cada año. En 2007, el primer año de gobierno calderonista, la cifra llegó a 4 mil 500. En 2008 pasó a 15 mil; en 2009 a 25 mil 500; en 2010 a 27 mil 358 y al primer trimestre de 2001 ya eran 7 mil armas aseguradas.
Los estados de mayor incidencia coinciden con los escenarios de mayor confrontación entre los cárteles y entre éstos y las fuerzas federales: Chihuahua, Durango, Guerrero, Michoacán, Sinaloa y Tamaulipas, donde se ha asegurado 71% de los pertrechos.
La principal entidad es Michoacán, con 20 mil 833. Ahí La Familia Michoacana causó severas bajas al gobierno de Calderón; ahora una de sus facciones, Los Caballeros Templarios, tiene una severa confrontación con Los Zetas, cártel formado por exmilitares.
Le sigue Sinaloa, asiento del cartel de Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada, con 14 mil 343 armas aseguradas. En los primeros años del sexenio, en ese estado del noroeste la organización del hombre más buscado por Estados Unidos mantuvo una fuerte confrontación con sus antiguos aliados del cártel de Juárez.
El tercer estado con mayor incidencia de armas aseguradas es Tamaulipas, sede del cártel del Golfo, con 9 mil 31. La escisión de Los Zetas generó a partir de 2008 una severa confrontación que se mantiene hasta la fecha en esa entidad.
Chihuahua tiene el cuarto lugar con 7 mil 362 armas, casi 2 mil de ellas aseguradas en Ciudad Juárez, considerada durante buena parte del sexenio como la ciudad más violenta del mundo. De 2008 a la fecha esa ciudad fronteriza ha padecido más de 8 mil muertes producto de la resistencia del cártel de Juárez a la llegada de El Chapo Guzmán.
El quinto lugar nacional en armas aseguradas, con 5 mil 912, lo ocupa Guerrero, por la confrontación del cártel de Sinaloa con la organización de los hermanos Beltrán Leyva, dividida tras la ejecución a manos de la Marina de Héctor Beltrán Leyva, El Barbas.
En el caso de las armas largas aseguradas a partir de 2000, a Michoacán (10 mil 358), Sinaloa (8 mil 760), Tamaulipas (6 mil 164), Chihuahua (3 mil 904), Guerrero (3 mil 303) y Durango (3 mil 312) les siguen Sonora (2 mil 655), Baja California (2 mil 495), Nuevo León (2 mil 56), Oaxaca (mil 917), Guanajuato (mil 594) y Jalisco (mil 80).
Después de Estados Unidos los principales proveedores de armas de la delincuencia organizada local son España, Italia, China y México, seguidos por Alemania, Brasil, Bélgica y Rumania, que agrupan a 95% de los fabricantes identificados. Sin contar Estados Unidos, esas naciones surten 35% del mercado ilegal de armas en el país.
También han llegado de Austria, Hungría, Argentina, Francia, Gran Bretaña, Egipto, Israel, Japón, República Checa, Canadá, Finlandia, Rusia, Australia, Bulgaria, Grecia, Chile y Honduras, así como de países con conflictos armados recientes o en curso: Afganistán, Georgia, Yugoslavia, Macedonia, Croacia y El Salvador.
La delincuencia mexicana también ha obtenido pertrechos de Eslovaquia, Filipinas, Turquía, Suiza, Corea, Portugal, Polonia, Albania, Estonia, India, Perú, Bielorrusia, Belice, Emiratos Árabes Unidos, Sahara Occidental, Taiwán y Ucrania.
Con base en los aseguramientos se infiere que el mercado negro de las armas ha crecido durante el actual sexenio. De las 149 mil 772 armas referidas por Calderón en California, 104 mil 924 –70%– se han registrado en el actual gobierno. De ellas, 43 mil 701 son cortas y 61 mil 223, largas.
Los principales proveedores de armas largas después de los estadunidenses (3 mil 669) son chinos, rumanos y los propios mexicanos, con 830, 399 y 222, respectivamente. En armas cortas, fuera de Estados Unidos (8 mil 539), figuran España (mil 706), Italia (mil 121), Alemania (632), Brasil (600), Bélgica (511) Austria (164), Hungría (113) y Argentina (102).
El informe Stratfor
En febrero pasado la firma de análisis de seguridad Stratfor publicó un informe según el cual los cárteles mexicanos adquieren en Estados Unidos armas cortas calibre .9 mm, .45 y .40, y la pistola semiautomática FN Five-Seven, conocida como matapolicías; además de armas largas que incluyen rifles calibre .50 y versiones semiautomáticas de fusiles de asalto, como los AK-47 y M-16.
Según la consultora con sede en Texas, a la delincuencia mexicana también se le han asegurado numerosas pistolas semiautomáticas calibres .45 y .9 mm, además de revólveres .357 obtenidos de desertores del Ejército mexicano y la policía. Asegura que parte del arsenal ha llegado desde América del Sur, elaborado por manufactureros como Taurus y Bersa, algunas de cuyas versiones de rifles de asalto han sido adaptadas por los cárteles como armas automáticas.
En el caso del armamento tipo militar, como granadas de mano, granadas de 40 mm y lanzagranadas, Stratfor dice que los narcotraficantes las adquieren en el mercado internacional fuera de Estados Unidos, principalmente en China, “vía las mismas cadenas de los precursores químicos para la elaboración de narcóticos”, o incluso del propio Ejército mexicano. Obtenerlas de Estados Unidos, dice, “es más difícil, caro y peligroso” debido a que en ese país existe un “severo escrutinio persecutorio” para el armamento militar.
Del aseguramiento total de armas reportado por las autoridades mexicanas, la mayoría ha sido realizado por el Ejército. En respuesta a otra solicitud de información apoyada en la Ley de Transparencia, la Sedena informó a Proceso que de 2000 a marzo de 2011 sus efectivos aseguraron 93 mil 391 armas, 52 mil 104 largas y 41 mil 287 cortas.
Sobre los aseguramientos, la Sedena informó que se efectuaron “durante la campaña permanente contra el narcotráfico y la aplicación de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos”, pero indicó que su base de datos “carece de campos de captura para registrar los aseguramientos de armas por país de origen, fecha de fabricación y grupo u organización” a las que les fueron incautadas.
La Secretaría de Marina Armada de México fue requerida asimismo para que diera los datos de sus aseguramientos, sobre todo desde que Calderón modificó la estructura operativa de la institución para que combatiera al narcotráfico en la zona continental, además de las aguas nacionales. La dependencia a cargo del almirante Francisco Saynez Mendoza ubicó al Cenapi como “el ente unificador entre las diferentes dependencias gubernamentales”.
A la PGR también se le solicitó información sobre sus aseguramientos en el sexenio. Reportó mil 294 armas y explosivos y mil 488 equipos de comunicación, la mayoría de ellos decomisados en el Distrito Federal.
De aquel total, mil 61 corresponden a la capital del país; es decir, 82%. Le siguen en cantidades menores Guerrero (100), Nuevo León (50) y Tamaulipas (33), y en cifras aún más bajas están Sonora, San Luis Potosí, Oaxaca, Coahuila, Michoacán, Campeche, Tabasco y el Estado de México.
De armas largas, el Ministerio Público Federal ha asegurado fusiles AK-47, Colt AR-15A2 fabricados por Norinco, Bush Master, Grizzly, Howa, Romarm SA/Cugir, Zbrojovka; subametralladoras Uzi, Luger, Thompson y otras manufacturadas por Intratec, Interdynamic, RPB Industries. De armas cortas refirió pistolas Colt, Pietro Beretta, Glock, Heckler & Koch, Remington, Star, Taurus, Davis, Starfire y FN Herstal, entre otras.
Antes de la declaración de guerra contra los cárteles de la droga, el Ejército apenas había asegurado 13 mil 161 armas. A partir de diciembre de 2007 el mercado ilegal se expandió y al 31 de marzo de este año la cifra de incautaciones por esa Fuerza Armada se elevó a 93 mil 391 armas cortas y largas: 80 mil más.
Crecen los arsenales
Los aseguramientos reportados por la Sedena confirman que el número de armas disponibles para el narcotráfico ha aumentado sostenidamente cada año. En 2007, el primer año de gobierno calderonista, la cifra llegó a 4 mil 500. En 2008 pasó a 15 mil; en 2009 a 25 mil 500; en 2010 a 27 mil 358 y al primer trimestre de 2001 ya eran 7 mil armas aseguradas.
Los estados de mayor incidencia coinciden con los escenarios de mayor confrontación entre los cárteles y entre éstos y las fuerzas federales: Chihuahua, Durango, Guerrero, Michoacán, Sinaloa y Tamaulipas, donde se ha asegurado 71% de los pertrechos.
La principal entidad es Michoacán, con 20 mil 833. Ahí La Familia Michoacana causó severas bajas al gobierno de Calderón; ahora una de sus facciones, Los Caballeros Templarios, tiene una severa confrontación con Los Zetas, cártel formado por exmilitares.
Le sigue Sinaloa, asiento del cartel de Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada, con 14 mil 343 armas aseguradas. En los primeros años del sexenio, en ese estado del noroeste la organización del hombre más buscado por Estados Unidos mantuvo una fuerte confrontación con sus antiguos aliados del cártel de Juárez.
El tercer estado con mayor incidencia de armas aseguradas es Tamaulipas, sede del cártel del Golfo, con 9 mil 31. La escisión de Los Zetas generó a partir de 2008 una severa confrontación que se mantiene hasta la fecha en esa entidad.
Chihuahua tiene el cuarto lugar con 7 mil 362 armas, casi 2 mil de ellas aseguradas en Ciudad Juárez, considerada durante buena parte del sexenio como la ciudad más violenta del mundo. De 2008 a la fecha esa ciudad fronteriza ha padecido más de 8 mil muertes producto de la resistencia del cártel de Juárez a la llegada de El Chapo Guzmán.
El quinto lugar nacional en armas aseguradas, con 5 mil 912, lo ocupa Guerrero, por la confrontación del cártel de Sinaloa con la organización de los hermanos Beltrán Leyva, dividida tras la ejecución a manos de la Marina de Héctor Beltrán Leyva, El Barbas.
En el caso de las armas largas aseguradas a partir de 2000, a Michoacán (10 mil 358), Sinaloa (8 mil 760), Tamaulipas (6 mil 164), Chihuahua (3 mil 904), Guerrero (3 mil 303) y Durango (3 mil 312) les siguen Sonora (2 mil 655), Baja California (2 mil 495), Nuevo León (2 mil 56), Oaxaca (mil 917), Guanajuato (mil 594) y Jalisco (mil 80).
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