A través de “diablitos” es como trabajan las fuentes que construyó el Ayuntamiento de Cuernavaca sobre las avenidas Morelos Sur, Domingo Diez, Poder Legislativo, y en la colonia Acapantzingo.
La evasión por el pago de la energía, no sólo causará daños a la economía de aquellos que viven cerca de estas zonas, sino también a las instalaciones eléctricas y aparatos electrodomésticos por el sobrecalentamiento de los cables.
Y es que, las terminales que regulan la energía están conectadas de manera directa a los cables de alta tensión; no cuentan con un aparato que mida la cantidad de luz que consumen durante el día y parte de la noche, lo que, de acuerdo con el arquitecto Valentín Parada Toledo, miembro del Centro de Estudios para el Desarrollo Estratégico y la Sustentabilidad (CEDES) de Morelos, representa un delito.
“¡Es un delito! De por sí se tienen problemas con la CFE por las altas tarifas que está cobrando, y resulta que, según versiones de la empresa, es porque mucha gente se roba la luz (…) La población se queja por los altos costos en sus recibos, y resulta ser que el ayuntamiento no la paga”, señaló el arquitecto.
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