El PRI no aceptará nada que implique la privatización, advierte el senador Francisco Labastida.
El gobierno federal analiza “con el Congreso” la posibilidad de enviar una nueva reforma energética que permita perfeccionar los cambios que se dieron en 2008, informó el director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel.
Entrevistado luego de una reunión de más de cu
atro horas con los integrantes de la Comisión de Energía del Senado, el funcionario se refirió al anuncio que hizo el presidente Felipe Calderón en Nueva York, de que enviaría una nueva reforma energética encaminada a darle una mayor apertura de Pemex al capital privado.
Suárez Coppel comentó que requieren “que nos ayuden para una mayor flexibilidad en los resultados que necesitamos”. No quiso detallar qué puntos concretos incluirá esa reforma, sólo comentó que van a platicar con el Congreso a fin de perfeccionar la reforma de 2008. “Buscamos una mayor flexibilidad en la empresa para dar mejores resultados”, afirmó.
Sobre el tema, el presidente de la Comisión de Energía, el priísta Francisco Labastida Ochoa, comentó que si bien durante el encuentro dijo que están dispuestos a valorar qué sirve y qué no de esa reforma petrolera de 2008, en forma alguna aceptarán nada que implique la privatización de Pemex.
En todo caso, agregó, lo que hay que modificar es el régimen fiscal que tiene la paraestatal y sacarla del presupuesto.
Durante la comparecencia, Suárez Coppel insistió en que el reto para hacer rentable a Pemex y convertirla en una empresa sana va más allá de su propia operación e implica modificar su régimen fiscal y el sistema de pensiones.
Insistió en que la elevada carga fiscal impide crecer a la paraestatal, dijo que la empresa tiene una deuda de 84 mil millones de dólares y lo que se requiere es capitalizarla, al igual que Brasil hizo con Petrobras. Sonriente comentó que “ésa es nuestra carta a Santaclós”.
El funcionario dijo que Pemex Refinación perdió el año pasado 87 mil millones de pesos debido a paros en las plantas, que se originan en insuficiente inversión en el pasado, en programaciones inadecuadas de mantenimiento y hasta en reparaciones que hay que volver a repetir a corto plazo.
Suárez Coppel insistió en lo pesado del régimen impositivo de Pemex. Además, aludió a un problema adicional con los costos límites de deducción, ya que en este año provocaron “que no pudiéramos hacer las deducciones que nos hubieran ahorrado 35 mil 600 millones de pesos en las actividades de exploración y producción”.
Recalcó que pese a todo hay buenas noticias, ya que se han encontrado nuevos yacimientos, como el que ayer se dio a conocer, debido a que se invirtió en la exploración. Sin embargo, señaló, se requiere ir a la búsqueda de petróleo en aguas profundas.
Labastida, en tanto, recalcó que las pérdidas han sido constantes desde 2007 y en 2010 hubo un quebranto de 47 mil millones de pesos, lo que provocó que el patrimonio de la paraestatal desapareciera.
Cuestionó también si realmente era una prioridad rentable el proyecto de Chicontepec como para invertir los escasos recursos que le quedan a Pemex. Dijo que el PRI no está de acuerdo en el programa de inversiones que se incluye en la estrategia nacional de energía, y que en el Senado están conscientes de que se requiera dar un nuevo régimen fiscal a la paraestatal.
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