En la pasada década, el outsourcing o subcontratación ha crecido de manera exponencial en México, hasta registrar un nivel de 60 por ciento, principalmente en el sector de servicios, aseveró David Lozano, académico de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Las personas contratadas bajo este esquema carecen de condiciones dignas de trabajo y de 82 por ciento de prestaciones, lo que restringe su acceso a salud, vivienda, pago de aguinaldo y prima vacacional, entre otras, explicó.
Desde 2001 este tipo de contratación se ha intensificado. Por ejemplo, 90 por ciento de los trabajadores de la industria manufacturera electrónica son reclutados por este medio; 23 por ciento de quienes prestan servicios educativos laboran subcontratados; en la industria el porcentaje es de 18 por ciento y en la agricultura de 27, informó la UNAM en un comunicado en víspera del Día Internacional del Trabajo.
De acuerdo con el académico, la subcontratación exime a las empresas en las que laboran de toda responsabilidad jurídica con los trabajadores y ante las autoridades respectivas. Las agencias de contratación deben afrontar los conflictos derivados de la relación laboral, refirió.
Esto significa pauperización del mercado laboral, al dejar en las peores condiciones a los individuos en cualquier área productiva, e implica su empobrecimiento. Es una cuestión totalmente denigrante.
El integrante del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía sostuvo que en el país no existe un seguimiento de las condiciones laborales, lo que posibilita el incremento de la tercerización. Las plazas que ofrecen las agencias pueden estar determinadas del momento en que se firman o el empleador puede dar por concluida la relación laboral sin mediación alguna.
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