La extinción de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (CLyFC), que en este mes cumple su segundo aniversario, y que para algunos es el único “gran” logro del presidente Calderón, nos revela la lógica con la cual operaron (y lo siguen haciendo) los poderes fácticos en el México pos autoritario. En este caso, la forma en que el duopolio televisivo (Televisa y TV Azteca) utilizó sus espacios informativos como monedas de cambio para conseguir privilegios de parte del gobierno federal.
Un monitoreo de El Noticiero, conducido por Joaquín López Dóriga en el Canal 2, y de Hechos, que encabeza Javier Alatorre en Azteca 13, mostró que durante las dos semanas posteriores a la liquidación (del 12 al 16 de octubre y del 19 al 23 de octubre de 2009) los dos programas prefirieron la información que reforzaba la postura oficial y omitieron aquélla que la contravenía.
El análisis, que constó de dos horas 37 minutos, demuestra que este comportamiento responde a decisiones editoriales que los informativos tomaron, no sólo para favorecer a una de las partes en detrimento de la otra, sino debido al interés que los empresarios de la televisión tienen de explotar la red de fibra óptica de CLyFC. También revela que los noticieros (especialmente Hechos) lincharon mediáticamente al Sindicato Mexicano de electricistas (SME) y a sus agremiados, pues los denostaron y calumniaron en repetidas ocasiones
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