Fuentes ligadas a la investigación final señalaron que las autoridades de la terminal aérea y de Seneam se niegan a hacer público que se halló falta de mantenimiento, reparaciones erróneas y "envejecimiento prematuro" del cableado.
La falta de mantenimiento y reparaciones erróneas en las instalaciones eléctricas, así como el “envejecimiento prematuro” del cableado, son las causas del apagón registrado el pasado 28 de septiembre en el aeropuerto capitalino, según revelaron fuentes ligadas al peritaje final realizado por el Instituto de Investigaciones Eléctricas (IIE) de la Secretaría de Energía (Sener).
Además, señalaron que las autoridades del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y de los Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) se niegan a hacer público dicho documento, pues se concluye que el siniestro que afectó a 237 vuelos de casi todas las aerolíneas y a más de 25 mil pasajeros, con pérdidas millonarias para viajeros y empresas, pudo evitarse.
En el peritaje final se señala que el incendio originado en la subestación de energía eléctrica de Seneam, ubicado frente a la Torre de Control del aeropuerto capitalino, se debió a que los “dispositivos de protección” no funcionaron adecuadamente tras una descarga eléctrica.
Y aunque el documento reporta que en el inicio el daño sólo fue en los circuitos preferentes, el siniestro terminó dañando también a todas las instalaciones emergentes, pues el cableado, de una y otra instalación, corría por el mismo sitio.
Es por ello que una de las primeras recomendaciones formuladas al AICM y a Seneam para evitar un suceso similar sea la separación de los circuitos subterráneos preferentes y los de emergencia.
Respecto a la versión de que dicho peritaje no se hará público, tal como se comprometió el director general del AICM, Héctor Velázquez Corona, tras el incidente, el nuevo vocero de la terminal aérea, Alberto Lozano, señaló que no estaba autorizado para dar ningún tipo de información sobre el tema.
Tampoco informó si las autoridades aeroportuarias aceptarán las recomendaciones, y si cuentan incluso con los recursos presupuestarios para llevar a cabo las obras y medidas correctivas, y evitar así que hechos similares se presenten nuevamente en el principal aeropuerto del país.
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