Meses antes de la extinción de Luz y Fuerza del Centro, 11 de octubre de 2009, personajes como Alejandro Muñoz Resendiz se prestaron a ser el instrumento mediante el cual el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa buscó desaparecer al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), con el fin de que los planes oficiales de privatizar al sector eléctrico no encontraran resistencia alguna.
Como tal propósito no fue alcanzado, se echó a andar otra estrategia para tratar de minar el movimiento de resistencia que decidió dar la lucha por la defensa de los derechos de miles de electricistas y por la dignidad misma de la organización emblemática del sindicalismo independiente y de las causas sociales del país.